El asesino tímido, de Clara Usón.



La última novela de Clara Usón tiene como escenario la España del destape posfranquista, en el que se suceden, con tinte autobiográfico, escenas de la infancia y adolescencia de la autora catalana.
Como hilo conductor, la vida y obra cinematográfica de Sandra Mozarovski, a la que la autora recuerda y cuyo recorrido investiga basándose en datos que toma de revistas ''del corazón'' de la época. La vuelta a la monarquía por parte de los Borbones en la salida del franquismo en 1975, es especialmente interesante, y Clara Usón logra entrelazar esta especie de tríptico que ilustra al poder franquista y la monarquía, el destape con sus escenas de tetas y mujeres lascivas, y su propia adolescencia.
Estas órbitas se entrelazan elegantemente con referencias a Wittgenstein, Camus, Kierkegaard y Pavese, sin caer en la pedantería o el marketing de poner una frase existencialista para darle barniz a cualquier bazofia.
Sus referencias a estos autores son hondas, sentidas, pertinentes, como cuando cita a alguno de estos autores cuando dice que la única decisión verdaderamente importante que se toma a diario es la de no suicidarse.
La autora capta la voz de la adolescencia, de su adolescencia, como en sus monólogos retrospectivos con Wittgenstein, o en su fascinación por Sandra, esa actriz hermosa que muere en circunstancias dudosas ( terminé indagando en Youtube y encontrando fragmentos de entrevistas de la época, poco antes de su muerte) una fascinación por lo femenino que logra escurrirse de la corrección política.
El libro tiene un olor sepia, a cigarrillos en un auto en la madrugada, a españoles cruzando la frontera con Francia para ver peliculas pseudo porno, olor a un mundo lejano, menos limpio, menos fóbico.
Una novela divertida, tierna, que da placer leer.




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